La paradoja latinoamericana de la IA: adopción acelerada, talento escaso
29/09/2025

La IA avanza rápido en Latinoamérica, pero la escasez de talento amenaza su potencial. ¿Cómo cerrar esta brecha y liderar el futuro?
En la última década, la inteligencia artificial (IA) dejó de ser un experimento de laboratorio para convertirse en un motor económico global. Según estimaciones de PwC, su impacto agregado podría alcanzar los US$ 15,7 billones en 2030, impulsando aumentos de productividad, nuevos servicios y una reconfiguración del mercado laboral.
En América Latina, la historia es particular: aunque la región enfrenta rezagos históricos en infraestructura y educación digital, la adopción de IA avanza con una rapidez inesperada. Un estudio de Google/IDC (2025) indica que el 56 % de las empresas latinoamericanas ya utilizan alguna forma de IA, cifra cercana a la observada en EE. UU. y Europa.
Sin embargo, esta rápida adopción contrasta con un desafío estructural: la falta de talento especializado. De acuerdo con el Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA, 2024), menos del 20 % de las universidades de la región ofrecen programas sólidos en ciencia de datos e IA, y la brecha de profesionales especializados se estima en cientos de miles de vacantes no cubiertas para 2030.
El resultado es una paradoja: la región quiere y puede adoptar IA, pero su capacidad de implementarla estratégicamente está limitada por la falta de capital humano. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID, 2024), cerrar esta brecha de talento podría sumar hasta 1 punto porcentual adicional al PIB regional cada año, mientras que no hacerlo aumentaría la desigualdad y frenaría la competitividad de las pymes.
Este artículo explora esa paradoja en detalle: cómo se combina una adopción acelerada con un déficit de talento, cuáles son los impactos económicos y sociales de esa tensión, y qué pueden hacer empresas, gobiernos y universidades para convertir la IA en un verdadero catalizador de desarrollo inclusivo en Latinoamérica.
Adopción acelerada, pero desigual
El Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA 2024) muestra un panorama heterogéneo. Brasil, México y Chile lideran en adopción de IA, con mayores inversiones en infraestructura y programas de capacitación, mientras que países como Honduras y Bolivia aún enfrentan grandes rezagos.
Lo sorprendente es que, a pesar de estas diferencias, la adopción promedio regional es cercana al 40 – 50 %, lo que significa que empresas grandes y pequeñas ya experimentan con IA en procesos como:
Atención al cliente automatizada mediante chatbots.
Predicción de ventas con modelos simples.
Marketing digital con generación de contenido visual y textual.
Gestión financiera a través de análisis predictivo.
Este fenómeno responde a tres factores:
Accesibilidad de herramientas: plataformas como ChatGPT, Canva o Google Cloud democratizaron el acceso.
Ecosistemas emprendedores en expansión: startups fintech, edtech y healthtech están integrando IA en sus modelos de negocio.
Necesidad competitiva: las empresas locales entienden que, sin IA, será difícil mantenerse en el mercado global.
El problema no es entonces la adopción, sino la capacidad de sostenerla estratégicamente.
La gran brecha: falta de talento especializado
El verdadero cuello de botella está en el capital humano. El Banco Mundial (2024) estima que la región enfrenta un déficit de más de 1 millón de profesionales digitales al 2030, especialmente en áreas como ciencia de datos, machine learning y ciberseguridad.
El ILIA 2024 confirma que menos del 20 % de las universidades latinoamericanas ofrecen programas robustos en IA y datos, lo que limita la generación de nuevo talento local. Además, la fuga de cerebros hacia EE. UU. y Europa —donde los salarios son hasta tres veces más altos— agrava el problema.
Las empresas, mientras tanto, recurren a perfiles híbridos: especialistas en marketing que saben usar IA, abogados que experimentan con herramientas legales, ingenieros que aprenden automatización “sobre la marcha”. Pero la oferta es insuficiente frente a la demanda.
En palabras de Paola Santana, CEO de Glass, entrevistada en el Hispanic Executive (2025): “La IA no es solo código; requiere visión de negocio, ética y contexto. En Latinoamérica aún no hemos formado suficientes profesionales que combinen esas tres dimensiones.”
Impactos económicos de la brecha
La escasez de talento tiene consecuencias directas en la economía. El IMF (2025) calcula que, de cerrarse la brecha de habilidades digitales, Latinoamérica podría sumar hasta 1 punto porcentual adicional de crecimiento anual del PIB.
En cambio, si la región no logra formar ni atraer talento, el impacto podría ser doble:
Estancamiento de la productividad, que ya lleva dos décadas de crecimiento marginal.
Concentración de beneficios en multinacionales que sí cuentan con equipos especializados.
Un informe de J.P. Morgan y The Economist Impact (2024) estimó que la región tiene un potencial de US$ 100.000 millones en productividad adicional si logra integrar IA en sectores de servicios, desde salud hasta logística. Pero esa cifra depende de resolver el cuello de botella del talento.
En el plano social, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID, 2024) advirtió que la IA podría aumentar la desigualdad laboral si solo una parte de la población accede a empleos con habilidades digitales. En otras palabras: la IA puede ser tanto un ecualizador como un amplificador de brechas sociales, dependiendo de cómo se gestione el talento.
Casos y lecciones desde la región
Pese a los desafíos, hay experiencias que muestran caminos posibles:
Brasil: el auge de fintechs como Nubank ha impulsado programas de formación en IA en universidades como la USP y cursos de actualización para ejecutivos.
Colombia: el SENA y MinTIC lanzaron programas de certificación en IA aplicada, dirigidos a pymes y emprendedores.
Chile: CORFO financia proyectos de innovación basados en IA para sectores como minería y energías renovables.
En el sector privado, empresas medianas están creando “academias internas de IA” para capacitar a sus empleados. Aunque implica inversión inicial, resulta más rentable que competir por un talento escaso y costoso en el mercado.
Estrategias empresariales para enfrentar la escasez
¿Qué puede hacer una pyme frente a esta brecha? Algunas estrategias prácticas incluyen:
Diagnóstico claro: definir si realmente se necesita un científico de datos o un analista de negocio con conocimientos básicos de IA.
Upskilling interno: capacitar empleados actuales en herramientas de IA generativa, análisis de datos y automatización.
Externalización inteligente: trabajar con agencias y consultoras especializadas, como Sinapsis AI, que integran soluciones sin que la empresa deba contratar un equipo completo.
Atractivos no salariales: ofrecer formación continua, flexibilidad laboral y proyectos de impacto para atraer talento joven.
Como señala el WEF (2025) en su reporte “The Future of Jobs”, el 84 % de las empresas latinoamericanas planean capacitar a su personal en habilidades digitales en los próximos cinco años. La capacitación interna no es un lujo: es una necesidad estratégica.
El rol de gobiernos y universidades
La solución no puede recaer solo en las empresas. Los gobiernos y universidades deben asumir un rol más activo:
Políticas públicas: Brasil y Argentina discuten leyes para incentivar la inversión en IA y formación digital. México impulsa programas masivos de capacitación a través de su Secretaría de Economía.
Universidades: algunas ya ofrecen maestrías en IA aplicada, pero aún son pocas. El reto es escalar programas de calidad y adaptarlos a necesidades locales.
Ecosistemas regionales: iniciativas como Latam-GPT (modelo de IA multilingüe en desarrollo) muestran que la colaboración regional puede generar soluciones adaptadas al contexto latinoamericano.
Conclusión: cerrar la brecha como misión regional
Latinoamérica vive una paradoja: la adopción de IA avanza casi al ritmo de los países desarrollados, pero la falta de talento amenaza con convertir esa ventaja en una ilusión pasajera.
La buena noticia es que la región aún está a tiempo. Con políticas públicas adecuadas, inversión empresarial en formación y alianzas universidad-empresa, la IA puede convertirse en un verdadero motor de inclusión y competitividad.
El futuro no depende solo de tener las herramientas, sino de formar a las personas que puedan usarlas con criterio, ética y visión estratégica.
Como lo resume el IMF (2025): “La IA puede ser la palanca que América Latina necesita para superar décadas de estancamiento productivo, pero solo si se invierte en talento humano con la misma intensidad con la que se invierte en tecnología.”
